“En Domain son auténticamente atentos, un hotel encantador”

El Domanin es, básicamente, encantador. Un hotel bien pensado-llevado que muestras gran mimo por los detalles en el diseño y por el entorno en su conjunto. Me aloje durante su primera semana de existencia. Mi crítica es un e-mail escrito a su director: me encanta lo que has hecho con las radicales … Más

El Domanin es, básicamente, encantador. Un hotel bien pensado-llevado que muestras gran mimo por los detalles en el diseño y por el entorno en su conjunto. Me aloje durante su primera semana de existencia. Mi crítica es un e-mail escrito a su director: me encanta lo que has hecho con las radicales cortinas, el cuidadoso emplazamientos de luces bajas, hasta incluso en pensar en elegir unas lamparas para la habitación que contribuyan a hacerte sentir paz y tranquilidad. Por ejemplo, el diseño empleado para las mesas de las lamparas de cama era muy especial. El gran tocador era elegante y limpio. La tomas de corriente ocultas también eran geniales y su mecanismo era fáciles y cómodo de abrir. El buen entendimiento entre el papel de la pared haciendo aguas y las diferentes franjas azules también contribuían a dar calma debido al suave ritmo entre los azules, incluso daba un toque un poco pijo a la habitación. Bonitas rayas en las almohadas, una buena idea las cortinas que cubrían el viejo armario Radisson y hasta las sábanas ajustables eran graciosas. También agradecí las galletas de espliego y el agua ofrecida mientras hacía la salida. El Mac del centro de negocios era bueno y el centro me hizo darme cuenta de que normalmente mantienen la televisión fuera de la decoración, cosa que me encanta. Sólo tengo unas pequeñas sugerencias. Pude ver algunos retazos del Radisson - sobre todo en la vieja máquina de café/juego de tazas y también en las marcas en el plástico que se ilumina para indicar el piso en los ascensores. Sin grandes pegas pero con vestigios de que el hotel tiene un pasado. Lo que no está mal pues me ayudó a apreciar todo lo que habías hecho. Me encantó el concepto de alarma/ipod aunque me pareció que la luz era demasiado brillante para dormir por lo que inicialmente lo cubrí con papel y luego acabe por girarlo para alejar la luz. Me llevó un rato darme cuenta de que apretando la luz roja del teléfono salía un buzón de voz. Cada vez que apagaba mi ordenador tenía que esperar que el wifi se procesase; podría haber sido mejor sencillamente teniendo que hacerlo una vez. La señal del WiFi era intermitente y a veces fallaba. Parece que esto pasa en muchos hoteles. Esmerado diseño en el cuarto de baño; me encantó el pequeño agujero lleno de piedras para los artículos de tocador así como el saco de lavanda y que tuviese un recipiente para la pastilla de jabón - algunos hoteles ya no los tienen. Sois encantadores, deberían de empezar a pensar en ello. El papel de la pared es un poco soso y neutro y el exuberante espejo está situado demasiado alto y aunque es alto, no es ajustable. Tal vez este fuese un problema. La caja de pañuelos desechables sólo tenía dos. No tuve ocasión de ducharme (¡la gracia de los implacables viajes de negocios! )pero parecía tener un buen termostato y con una buena barra en las cortinas de la ducha La bañera parecía una reliquia del Radisson pero supongo que sería muy caro cambiarlas. No recuerdo que la iluminación fuese nada especial, tal vez fuese un añadido a las luces bajas que mejoraban mucho la habitación. Hechas las particiones y en su conjunto, realmente, es un hotel fabuloso. Destaco pues me gustó la fuente alargada con sus grandes y suaves piedra y los arreglos con piedras en la esquina. En general el hotel tiene un bonito y suave toque cuasi-oriental, con mucha luz, tranquilidad y frescor pero con suficientes tonos oscuros en el suelo que sirven para rellenar el espacio. También todo su personal fue muy agradable, atento, servicial y muy predispuesto a escuchar buenas críticas. Estoy muy contenta de haber aterrizado en este sitio por casualidad.

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