“Una verdadera joya”

Su ubicación próxima a la Avda. Hassan II es ideal, alejado del bullicio de la medina, con un buen restaurante próximo. Su interior es una joya de la mejor artesanía marroquí, las habitaciones son maravillosas, las atenciones de la joven Assiza resultan conmovedoras y los desayunos en el precioso s… Más

Su ubicación próxima a la Avda. Hassan II es ideal, alejado del bullicio de la medina, con un buen restaurante próximo. Su interior es una joya de la mejor artesanía marroquí, las habitaciones son maravillosas, las atenciones de la joven Assiza resultan conmovedoras y los desayunos en el precioso salón son de lo mejor que se puede pedir. Si pueden no se lo pierdan.

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“Un oasis reparador”

Pasamos dos noches a principios de agosto, coincidiendo con unos días de calor asfixiante, incluso para el verano marroquí. La habitación era más que suficiente para nosotros tres, y era todo un lujo poderse dar un baño en la piscina al volver de pasear por la ciudad. Aunque algo alejado de la medi… Más

Pasamos dos noches a principios de agosto, coincidiendo con unos días de calor asfixiante, incluso para el verano marroquí. La habitación era más que suficiente para nosotros tres, y era todo un lujo poderse dar un baño en la piscina al volver de pasear por la ciudad. Aunque algo alejado de la medina, la localización es adecuada para desplazarse andando hasta ella. Los desayunos en el jardín te ayudan a olvidar que estás en el centro de una de las ciudades importantes de Marruecos, y una de las noches decidimos disfrutar de la cocina tradicional que ofrecen. El precio algo elevado quedó más que compensado por la calidad de los ingredientes y de la elaboración de los mismos. En resumen: alojamiento de calidad en una ciudad que merece la pena visitar con algo de calma.

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“Como un riad de la medina pero en la ciudad nueva”

Es un pequeño hotel familiar construido y decorado como un riad antiguo. Resulta muy acogedor y su dueño, Jalil El Hayar, es un hombre culto de agradable y afable conversación. Las habitaciones, grandes y espaciosas, están limpias y cuidadas. El restaurante y la comida, tipicamente marroquí, result… Más

Es un pequeño hotel familiar construido y decorado como un riad antiguo. Resulta muy acogedor y su dueño, Jalil El Hayar, es un hombre culto de agradable y afable conversación. Las habitaciones, grandes y espaciosas, están limpias y cuidadas. El restaurante y la comida, tipicamente marroquí, resulta exquisita y bien presentada. La ubicación es en la ciudad nueva, cerca de los edificios comerciales y administrativos pero alejado de la medina.

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